SelenioE

Dos Mujeres y un Pincel

La escena está servida, y el apetito presente.
El recinto, dos mujeres y un pincel.
Dos mujeres y su forma de sentirse.
Sin planes de irse de donde están
ni dejar de hacer lo que hacen.

Una yace en la cama, de lado.
Pies juntos, rodillas al pecho.
Su cabello desparramado en la almohada.
La otra sentada, lejos del cabello de la primera
manejando el pincel que dibuja y recorre
el valle de la delicia.

Con todo el tiempo a favor,
se dibuja en sus caras el goce
de conocerse palmo a palmo.

Saltan chispas y fuegos artificiales.
La luz crema sobre piel de naranja
se adhiere al rato que toman y se alarga
en veneración mutua, única.

Dos manantiales de deseo en conjunción.
Juntas celebran la gloria de su preferencia.
Cuatro areolas, de dos en dos,
salpicadas de mieles claras, compartidas.
Teniendo poco cuidado del mundo afuera,
de las etiquetas tristes que no saben...