Desnudo yazco,
reposando, aquí en la sierra,
sobre la esperanza,
que como guirnalda en festejo,
danza gozosa
espoleada por el viento
alternando estampas,
reviviendo figuras
con la elegancia de sus posados.
Y en el verde alfombrado
se me regalan certezas,
sabiduría en mi penetra;
y ésta a mi me induce
a desvanecer de mi saco
la ropa roída y vieja,
a deshauciar las derrotas,
a esquilar los pasados,
permitiendo al optimismo
sea día y amanezca,
y ensalzado por su esencia
me embriagen sus motivos,
entonces ¡siendo ya!
una digna totalidad,
un ser afortunado
en volandas portado,
por un descerrajado camino
cual lleva, a un infinito de eternidad.
Me deleito en el aprendizaje importante,
aquel, que demoledor del aspecto distante,
encrespa la vasta solvencia
de enebrar la complacencia
en los valores importantes.
Y domo aquella idiosincrasia,
cual grosera incluso incluye
abruptas desavenencias.
Presto habilito el paso adelante,
rehuyo quedarme parado,
esquivo al lodo estancado,
la marcha que inicia una cuenta atrás.
318-omu G.S. (bcn-2011)