FIDEL HERNANDEZ

Arrullos de montaƱas

 

En el bosque de los sueños

dormito  como sátiro encantado

cuando de repente ella aparece

como cervatilla en celo,

despertando mis instintos,

tal vez,  llenos de pecado.

Con los ojos cerrados,

caigo en el abismo de una noche febril,

me dejo llevar por sus aromas

y embrujado por el infinito

noto que tengo su cuerpo excitado ante mí…

  

-      …Tu boca,

sobre mis senos,

apetitosa me pide a grito,

que la deje volverse jugosa,

saboreando mi piel..

y hay unos puntos en mi aureola

que te informan…, te anuncian

la llegada de la ansiedad

y que erizada no viene sola.

Requieren de tu aliento,

de tu respirar,

y que sea tu boca la que me succione

y me sepa saborear

mis contornos de amapola.

¡ay de una boca que saborea lo dulce de mi sentir!

y cuando la siento gemir…

 

Envueltos entre sudores,

las bocas entreabiertas,

esperando que en los labios

la pasión se desboque…

Yo ya no soy yo,

yo me siento ya un extraño

y todo mi universo gira y gira

en torno a esa diosa

que por mí suspira…

 

-      ¡ Mis senos se contonean

de ansias locas !

y, de pronto,

¡ mil suspiros a montones !

Te siento a ti venir

sobre mi cuerpo que tanto te desea.

Hay espasmos de cariño

que entre la ternura se arropan

como si fueras un tierno niño

que de mis ansias de mujer

se amamanta.

Me haces sentir presa de un musitado placer.

Un placer que se esparce sobre mi piel,

llevándome  al erotismo,

¡es que te siento ahí mismo,

donde la gloria me crea emociones,

donde siento el palpitar de los dos corazones

que se quieren fusionar

con unas fuerzas irrompibles!

 

Cegado por el celo,

...me voy… y me vengo…

Me siento cabo que penetra en el mar

hundiéndose hasta lo más hondo,

jugando con las olas a la par…

y me voy.. y me vengo…

y siento que la espuma me envuelve

por todos mis lados,

abraza con ternura mis rocas,

acaricia mis costados…

Y me voy... y me vengo

yo ya la quiero dar

todo mi firmamento …

 

-      Es que somos sed apetecibles 

como agua y arena.

Ven y mójate de mis orillas, que sus algas

te quieren enredar

para poder así cultivar

como perla el verbo que nos alienta,

y que en nuestras bocas se sustenta

junto con fiebre y ansiedad.

Ese es el verbo amar

que en saciedad

se nos hace gigante ola…

 

¡ Envuelto en tus contoneos,

yo me contengo y no sé cómo puedo !

Mas en el éxtasis del placer,

miles de estrellas se apoderan de mi cuerpo…

Cariño,.. ¡ Ya no me puedo contener !

y en ardiente lucero me convierto

ése que en ti quiere desaparecer,

¡oh!  cielo tú ya de mi cielo…

¡¡ Te quiero, te quiero… !!

 

-      Ay, amor mío, dentro de mí ya te siento…

¡Ay!, amor, qué placer me está invadiendo

al sentir la desembocadura de tu río..

-      “Tuyo es el caudal

que ya no es mío…

Son aguas saladas

las que se van contigo…”

 

-      Plena estoy ya,

saciada está mi sed, cariño…

Y ahora, ven  y arrúllame en tu cuerpo

como ese mar en el que te has convertido;

¡pero no me dejes sola!

Permanezcamos los dos bien fuerte abrazados,

para sentir por siempre:

tú tus ganas de amar,

 yo, esas ansias de tenerte

 y los dos, deseos  de soñar.