David Goya

PUÑALES (David Goya)

En una pequeña cajita,

guardaré, los puñales que me distes

disfrazados de papel,

con las que abriste nuevas heridas

junto a las viejas, que no han sanado

las huellas, que quedaron, de otras ilusiones

que no alcance.

 

El más grande todos los puñales que me diste

se llama “corazón partido” donde dice:

busca la mitad que se te ha perdido

porque, yo no soy tu mitad!...,

 te equivocaste,

y como barco sin timón, tú naufragaste.

No me distes puñales de acero, pero hirieron

en lo profundo, donde el acero

no hubiere llegado;

tenían formas de papel con letras

y por eso las tomé entre mis manos,

sin saber que aparte de puñales, habían

saetas que destruyeron el

sentimiento humano.

 

Seis de mayo” una fecha grabada

en la memoria…,

que nunca se borrará; -un día en que se

formaron heridas en el corazón;

heridas que no sangran pero causan dolor;

un día donde la barca de tu amor, la descubrí

navegando en otro mar; lamente no ser

marinero para tomar el timón

y traerla a mi puerto; ¡ un día!..., donde mí

esperanza había muerto.

 

Al conducir mi amor hacia tu corazón no lo

supe hacer, acelere los sentimientos por llegar

primero, estrellándome en una

roca de desilusión.

Quise competir una carrera ganada, y solo

logré una esperanza destrozada.

¡Ahora!, solo iré rendido, con mi derrota

a enterrarla en el olvido;

otra batalla pérdida

que se lleva parte de mi vida,

otro lucero al que no pude llegar primero,

otra esperanza destrozada, en el fondo del mar anclada. 

No guardo rencor a una flor por no brindar

su perfume, no guarda rencor aunque me

hieran las espinas…, como

tampoco guardo

rencor, a tu amor por no ser mío, aunque

haya quedado con sed junto a la fuente.

Si alguna vez tu barca cambia su rumbo,

Dirige tu navío hacia mi puerto,

en el podrás anclar y descargar

alguna desilusión,

y yo!... que se de dolores, te podré ayudar

a sanar las heridas que la vida te cause.

Ahora vive tu ilusión forja tu destino,

guarda en un bolsito, esperanza,

amor, ilusión,

cariño, ternura, bondad y voluntad,

para que nunca sufras,

como ha sufrido mi

 alma soñadora, ante el implacable destino

que no he podido controlar. 

Vive feliz junto a aquella

persona que amas,

no quiero saber, que tus ojos bellos

han derramado lágrimas, ya que aquellos

ojos llorosos parecerían menos hermosos;

y si alguna vez rueda una lágrima por

tu mejilla, déjame que sea yo quién

enjugue tu llanto, y así sabrás…, que a

pesar de todo…, ¡te quiero tanto!...