Ella se preocupa tanto de mi que me olvida,
pasa por mi lado y no me ve,
su corazón me ama pero su mente me borra
una cadena la ata internamente,
desde sus manos a su lengua,
su mirada es triste y
me dice que acumula verdades que no puede expresar
porque los libros sabios de la vida han enseñado
que lo inevitable se puede controlar
con la muerte de toda ilusión del amor,
por oscuro que sea,
mi mente la ha amado tantas veces
tan intensamente que quedo impregnado con el aroma de su piel
tan exquisitamente que el recuerdo me motiva a tenerla una y otra vez
tomar sus manos y desprenderlas de su conciencia
recorrer su blanca piel con la yema de mi ser
con la total y absoluta entrega,
que es la trasgresión completa de los limites
que es la perdida del pensamiento
quemado por el fuego que emite la piel,
acrecentado una vez terminado el hermoso acto que significa entregar amor.