a. santas

cinco de mayo

pasó el uno, el dos, el tres y el cuatro,

ayer pasó un mes desde el juicio,

hoy, cinco, sin llegar esa sentencia

del ocho, de instruccion, ciudad de olivia.

hasta cuando la justicia eterna,

los hijos de los fachas en poltronas,

hasta cuando los nietos de asesinos

podran juzgar al hombre en sus adentros.

hasta que un día transcurra en el silencio

de la tierra y de la cal, de la inmundicia,

caerán los hombres, las mujeres,

y los niños, con ellos en las fosas,

los fantasmas de los muertos cantarán

celebrando su alegría.

y seguiré escribiendo con la bofia

patrullando una ciudad segura,

no pararé hasta que la reina de los muertos

aplaste a tantos vivos.

y la mina con galerías muertos,

en la milla dorada, veintidós,

escupirá conserjes y fregonas,

escupirá verdades porque sí,

y llenarán de cal los fosos negros

en donde el ascensor ya nunca llega,

cinco bultos de carne putrefacta,

que no pasará nada, nada queda