Sammantha

Cuando existíamos

No me ha dominado el alcohol, no, no lo ha hecho…

Pero que digo, que no digan esas aves que no veo, que cantan y confunden al cielo.

Que digo de mí, si de ti ya no encuentro qué decir.

Qué decimos con la lengua que no venga del corazón, si las mismas blasfemias se sienten en los mismos poros.

Qué sería de ti, si lo que no rezo te llagara.

Que sería si rezara, si orara, si implorara mis plegarias como lo hago al viento con polvo en el tiempo.

¿Tengo el corazón de soslayo? ¡Bah!

Hablaré di ti, si es lo único que puedo escribir…

Hola amor. Los días casi pasan, con tanta igualdad que esto de caminar me pesa.

Me gustaría y no te imaginas cuánto daría el tan solo sentirte cerca.

Una llamada… Era suficiente calmante para mi necesidad de saberte. Si, ¡hola! Amor, ¿al rato hablamos te amo? Un te amo de tu voz.

¡¿Qué tanto daría por acariciar un poco de tu piel?!

¡¿Qué tanto daría por colgarme de un abrazo y envolverme de tu calidez?!

¡¿Qué tanto daría por conversar con tu mirada?!... Por verte, a ti y a tus ojos.

¿Qué tanto daría? ¡Joder!...

Daría mi vida por ti, daría lo que fuese para ti.

Oh, amor.

 

Eres como el tic, tac, tic, tac…

Cuando no existo, cuando solo se mueve la bruma de mi cabellera.

Existo cuando tú, existes, pero no existes si no me vienes, si no te vengo, si no existimos…

Entre un piano y otro, entre alguna sinfonía y algún crepúsculo.

Cuando levantas mi vida y dejas la verdad para pintarnos en las estrellas, en el cielo.

Mi verdad, tu verdad y nuestras falsas mentiras.

Verdad que hubiera dado mis ojos por apostar a que me amabas.

Verdad que tenía pasos y tenía mi mano de tu mano.

Ahora mismo tengo algunas plegarias, que se hacen líquidas, y sí, se me escurre de las manos, la cobarde agua…

La mirada, ardua lágrima…

Sintetismo en los dientes del intento sonriente.

Así sonríe el día, con el viejo sol, con las ingratas nubes… ¡oh, agua dolorosa!

Quémame el alma, que sólo quemas mi piel…

¡Joder! Qué laberinto, que perdida estoy entre tantos libros, joder, que no me concentro…

Shhh, mis propios árboles…

Mis propios rezos, aumentan la posibilidad de morir hoy, y los días aumentan las probabilidades de morir mañana.

Voy bien en ti.

Así vivo, pero qué importa eso ahora, si ya he existido...

 

Sammantha