Insomnioptera

No leas esta canción

Cómo quien por primera vez observa el mar,

descubre el mundo abierto detrás del horizonte.

Y la vida comprende tu sonrisa,

la vida que ya es vida porque sabe que existes.

 

Sin más interrogante que el poema

para decir quién eres y qué has dicho;

donde puse mi ruido en tu remanso

y vi el fin entreabrirse debajo de tus cejas.

(El fin que conocieron nuestras almas amándose,

hallándose desnudas y sin rimas,

vistiéndose de sí;

desnudándose a besos tantas veces.

Desnudándose a besos otra vez)

 

El fin que fueron todos los principios.

Todos los precipicios que conducen al mar.

 

Yo te amé como quise.

Fuiste tú quien buscaba en mis zapatos

los fragmentos de arena de otros viajes.

Pero no viste nada.

 

Yo empecé donde tú para acabar contigo.

Yo nací junto a ti para morir en ti.

 

 

Tú me diste tus manos.

Yo coloqué tus manos en mi abrigo,

acariciaste el frío de mi fuego

yo te conté de cosas que ahora no recuerdo,

que ahora no te digo.

 

 

Te despiertas conmigo

y a la vida no le hace falta nada.

Libélula

03 de Mayo, 2011