Me vuelvo ave y te llevo,
entre vientos, nubes y estrellas viajas sobre mi,
tu solo me abrazas,
mientras me elevo hacia la negra eternidad del cielo nocturno,
tan sereno,
tan sublime.
Mientras subo me voy transformando en hombre,
el tiempo para,
ya no hay viento ni nubes,
solo dos estrellas en el cielo,
tu y yo,
besándonos,
amándonos.
Es nuestro lugar,
es nuestro momento
es todo tan perfecto
que mientras nos besamos las lagrimas caen
y por cada una de ellas crece una flor,
una flor que es fruto de nuestro amor,
cada una de ellas es tan hermosa como tu,
para que algún día pasen dos enamorados
y la corten para decir un te quiero,
como el que te he dicho tantas veces
el que siento en cada abrazo
el que te quema cuando te doy un beso,
el que está tatuado en mi corazón.