Albin Lainez

no es mío

nunca supo llevar

 

en su costado izquierdo

 

el viejo hato de muerte

 

ni las solapas lucieron

 

gotas ácidas de temor

 

por un destino a ultranza

 

no guarda rastros de esas noches

 

cuando el rocío como témpano

 

cercó expectativas y deseo

 

nunca abrigó la cabellera

 

de quien apretadamente quiso

 

jugar anudados al dale que te quiero

 

ni soportó

 

el extremo cuidado con que

 

rasgo mis vestiduras antes de salir

 

de patrullaje

 

no manchó sus codos con bilis

 

restos de vómito luego de beber

 

en exceso sin orden sin tiempo

 

provocando al olvido 

 

 

 

señores

 

he llegado a Uds. como de costumbre

 

en piel y huesos desarmado

 

por lo que cumplo en devolverlo 

 

Este no es mi abrigo