Leonardo Eliecer Rodriguez Chacin

La espinosa

Desde lejos se divisaba la cruz ; que a los cuatro puntos cardinales

 Señalaba la montaña la espinosa .Allí sobre las cimientes  de la montaña se erigía

La pequeña capilla, sus paredes eran  blancas de cal , salpicadas por el barro de las lluvias, su arboleda de pinos  las flanqueaba a los lados . tenia una puerta de arco de dos hojas de madera de cedro y los senderos de llegada, en la torrecilla un campanario

el más abierto de los senderos  mas bien un camino de tierra  permitía la  llegada de automotor y  mulas ;El otro sendero hacia la parte de atrás casi , un sendero para los sacrificios y promesas … Era una ladera empinada, como una aguja que se levanta al cielo

el reto …era subir por allí antes de que llegaran las chicas del Santa Rosa de Lima

cuando llegue con mis amigos el cansancio me consumía, no habíamos desayunado y  solo quería una cosa verla…

Las monjas y las niñas apenas estaban arribando …Y allí estaba ella la hija del sol

Pura , radiante mirada, brillante cabellera, después de un rato de sana diversión, se separa del grupo sus compañeras  ayudaron , en un recodo cubierto de las miradas de las inquisidoras protectoras …nos encontramos, temblorosos los dos

nos tomamos de la mano y bajamos la cuesta, solo para decir que la quería. Ella en silencio no pulsaba palabra!! En el fondo, quizás? un beso esperaba!!! Pero se arrancaba mi alma si lo hacia.. Un solo vistazo de sus cancerberas, La mandarían al exilio

Solo me importaba verla, con eso me nutria, con eso soñaba, deliraba imaginando nuestras vidas… Valió la pena el sacrificio ,subir la espinosa solo para verla a ella..

Y cuando me acercaba a su rostro , sintiendo su aliento de fresa

Cuando ya el corazón parecía romper el pecho

Se oye la voz del llamado

Aprisa subimos para que no faltara al conteo

De lejos a distancia entre los arbustos miraba

 Ella en la fila de reojo observaba

Nada más… hasta lo ultimo, me quede allí,

 el autobús se marchaba

 veía su silueta en la ventanilla

quedaba su perfume, su esencia, su presencia…

Baje la cuesta entristecido

Atesoraba en mi corazón el encuentro.

Leon Roch

Abril 2011