JOEL ALEJANDRO HERNANDEZ VELAZQUEZ

LA HALLE

Era en un bosque: absorto
     pensaba andaba
sin saber ni qué cosa
     por él buscaba.

Vi una flor a la sombra,
     luciente y bella,
cual dos ojos oscuros,
     cual blanca perla.

Voy a arrancarla, y dulce
     diciendo la halle:
«¿Para verme marchita
     rompes mi tallo?»

Cavé en torno y la tomé
     con cepa y todo,
y en mi casa la puse
     del mismo modo.

Allí volví a plantarla
     quieta y solita,
y florece y no teme
     verse marchita.