mileniumiii

Alguien escucha

¿Alguien escucha, lo que el alma no se atreve a decir, porque la esquiva verdad, se esconde detrás de la razón?


En mi visión más oscura aparece tu ausencia, y plasma en la retina de mi corazón una imagen desbordante de grises que no llego a comprender, ¿Por qué no estás aquí?

 
La verdad ya se me ha escapado, entonces persigo con mis últimas fuerzas  la ilusión, pero esta se niega a regalarme sus migajas de vida y resplandor. 


Abre sus fauces la locura y comienza a devorarme, lo primero que devora son mis recuerdos, sin ellos no se ni quien soy ni quien fui, ¿no comienza así la locura, su tránsito veloz?


Antaño, los remordimientos eran mis enemigos, hoy al menos son reminiscencias de errores que demuestran que un día, un rato, o un segundo he vivido y he sufrido. 


La noche llega como un arrebato de oscuridad, y me sumerge en  desmanes de pasión, pero ya no hay en mí un corazón para responder a la mente y al cuerpo, que se llenan de dolor.


En la madrugada donde todo se funde en un mismo color sin sonido alguno, llega mi segundo de angustia, pero aquí tampoco se hace eco mi corazón, entonces  el hastío es un ente perfecto e inmutable, el cual siempre está a mi lado, atento a cada pensamiento de belleza o amor, para destruirlo sin piedad ni compasión.


Ya que el suspiro más profundo no alcanza a captar ni por un instante el perfume de la rosa más hermosa que, se posa sobre mi nariz, ni la música más cándida, conmueve mi piel, ni la luz más brillante alumbra mi oscuro camino, es entonces que la búsqueda a terminado, y el tesoro encontrado es el olvido y el dolor.


Pero algo siento que aún vive dentro de mí, es la esperanza de volver a comenzar y ella no morirá, si el sol no me deja de regalar un rayo cada mañana, y creo que así siempre será. 

Maestro Igeul Seon-Oe