Y después de escribirte
ya nada tengo…
es igual que las piedras en el río
estáticas y quietas cual palabras
¿qué te puedo decir?
Me falta el aire
se contamina con mi paso ausente
¡éste silencio mío! Grita tu nombre
pero agoniza al final de la jornada
y le pide al viento resonar ¡un te quiero!
pero tengo que apaciguar mi paso
para decirlo lento
tomar un vaso con un agreste vino…,
porque eres tú
la que estás lejos
y yo te necesito.
Heme aquí igual que un desconocido
entre la muchedumbre de una calle dormida
(¿cuántas leguas me faltan para mirar tus ojos?)
Cuántas horas extrañas filtrarán en mi oído
(cuándo) tu voz se acueste un instante conmigo
-serán mis canas las que duelen
sobre los años que me queden por quererte-
-pero tengo que salir a respirar tu nombre
caerán lágrimas como hojas
de un árbol que se rompe-
el calor de tu aliento lo percibo
y el perfume de tu seno está en mi boca
roza tu vientre sobre mi vientre frío
mientras pensar en ti…me desmorona.
¿Estás ahí y escuchas mi plegaria?
Estoy aquí y no sé cuándo me llamas
-deja la hojarasca de tus besos en mis pies
que este fuego de amor es ya una brasa-
¡No respondas ahora!
Deja que la tumba en que me hundo
sea una fosa de amor
y no un sepulcro…
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“elpoetairreverente”