benchy43

MÍRAME, ENCIÉNDEME, BÉSAME.



Mírame con el verdor de tu campiña,
con la primaveral lozanía de tu bosque,
enciéndeme con el fragor de tu a-mar lejano,
con la tempestad que azota tus banderas,
bésame con el frenesí de tus violines,
con la pasión del musical concierto.

Mírame, enciéndeme, bésame,
déjame caer en el horizonte de tus ojos
y  adentrarme en los paisajes de tu mundo,
porque hay soles que quieren esconderse
en un tímido y leve pestañeo.

Enciéndeme, bésame.
Déjame recorrer tus senderos de tibieza,
con los acordes sedientos de mis manos,
haciendo sinfonía de caricias
en la fragancia que perfila tus temblores.

Bésame.
Déjame sucumbir entre tus labios
mientras cantan las estrellas sus fulgores,
mientras la luna bordea tus perfiles
y  tu voz declina en un suspiro.
Mírame, enciéndeme, bésame…

Que tienes un frescor amanecido
y  brisas de jazmines en tu cuerpo,
se despierta la noche de tus senos
y  se elevan las corolas de alborada…

Que se rebelan mis angustias otoñales,
y me entrego a tu insolencia estremecida
llenando mi mirada en tus pupilas
con geografías de ternura en terciopelo…

Que me refugio en los sueños voladores
del ave que se posa aquí en tu vientre
y seamos  vendaval  de sombra y fuego
en penumbrosas brisas del deseo.

Mírame, enciéndeme, bésame,
en el nocturno azul de tu dulzura
y hagamos arcoíris en las sombras
con tañidos de campanas y aguacero.

Derechos reservados por Ruben Maldonado.