Daniel Pirotto

Puente imposible

Yo no abriré el puño
que a la certeza
de un imposible
futuro se aferra.

 

Pero aún me gustas
tanto, tanto, tanto…

 

Cuán dos soles negros
tus ojos de ébano
me miran aún.

 

Dos blancas palomas
tus manos delgadas
no puedo olvidar.

 

Como por un ángel,
etéreo tañida
suena en mi memoria
aún tu voz de lira.

 

Pero estás tan lejos
en cuerpo y en alma.
No existe camino
por sobre el que pueda
correr a alcanzarte.

 

No existe el grito
que a tus oídos
del ancho océano
que hoy nos separa
alcance a través.

 

No existe la brasa
que a tu alma de iceberg
transforme en tibia
y límpida agua
de la cual beber.

 

Un puente imposible

 

Y no abriré el puño
que a la certeza
de un imposible
futuro se aferra.

 

Pero aún me gustas
tanto, tanto, tanto…