Azul T u r q u e z a

Cuando yo muera...

Deseo haber cultivado flores perfumadas entre la hiedra venenosa, haber sido inspiración de quienes conocieron y entendieron la filosofía que me hizo vivir y ser lo fui.

 

Deseo haber amado de tantas formas posibles como colores pueden existir.

 

Espero haber forjando el ejemplo que lleve a mí ser amado por un camino de rectitud y bendición.

 

 Haber logrado ser el orgullo de quien procreo mí ser.

 

Haber despertado sentimiento profundamente dormido y alborotado instintos.

 

Cuando yo muera me sentiré orgullosa de haber caminado sin rumbo y haber dibujado mi camino con el pincel de mi convicción.

 

Cuando yo muera no dejare en este mundo cosas de valor que sean objeto de codicia, pues mis mas grandes tesoros los obsequie cada día de mi vida a quines estuvieron cerca de mi corazón, pues nada logre en esta vida que valga mas que mi propio ser.

 

Cuando llegue la hora de abandonar este camino lo haré feliz de haber cumplido con mi misión, pues tuve el atrevimiento de extender mis alas y dar ese salto al vacío que me enseño a volar.

 

Seré feliz por no haberme conformado con aquello que caprichosamente el destino choco contra mí.

 

Cuando yo muera habré triunfado en contra de mis temores y habré vencido los demonios que a lo largo de mi existencia se instalaron como inquilinos traicioneros en mi mente y en mi corazón.

 

Seré feliz por haber amado a quienes me amaron y también a quienes solo yo ame.

 

Cuando yo muera no deseo que mi partida sea motivo de lágrimas y sufrimientos,  será solo una despedida momentánea por que siempre, siempre… estaré a tu lado.

 

Y cuando mis suspiros se agoten seguro debes estar que en mi último aliento pronunciare tu nombre por que fuiste tú y solo tú el motivo maravilloso de esta mi vida que llego a ser mas tuya que mía.

 

 Despedida a mi hijo...