Fredy Maldonado Cordero

HISTORIA, VERDAD Y MOTIVO

Se esparce la verdad en el tiempo de la historia,

una vida que se cuenta con nostalgia y con gloria,

centenaria es la distancia que ahora nos separa,

pero hermoso el recuerdo que ahora nos ampara.

 

Virgen tierra que prodigaba en abundancia,

agua fresca, dulces frutos y mística fragancia,

a los hombres vigorizados con fortaleza de maíz,

hoy insustituible y sagrado alimento de este país.

 

Raza noble de honra, orgullo y estirpe envidiable,

prodigiosa cultura de sentimiento sincero y afable,

respetuosa del sagrado y misterio plan creativo,

fundamento indiscutible a su deseo hoy furtivo.

 

Cultura Maya que ha dotado al mundo entero,

de la esencia de un pueblo prodigioso y certero,

de pronto cruelmente desde su esencia invadido,

y por las huestes extranjeras injustamente escupido.

 

Ritos suplantados por el renuevo de otros motivos,

que mancillando la pureza y virtualidad de los nativos,

fueron desviados de la quietud y la paz alcanzados,

de las fuentes primorosas de cimientos heredados.

 

Arrebatados fueron estos pueblos de todo lo sagrado,

que por el cielo les fuese dignamente entregado,

para ser parte integral del proyecto de su existencia,

en el afán de mantener su dignidad plena y en vigencia.

 

Más el tiempo fue alterando la pureza de su raza,

con una mezcla de sangre de dignidad  muy escasa.

en forzada actitud por vencer y doblegar su gloria,

exactamente como nos lo cuenta toda nuestra historia.

 

Inclementemente todos sus sueños fueron diluidos,

viendo que sus afanes de pronto fueron sometidos,

a una voluntad respaldada por las armas destructoras,

y  acciones frías de almas crueles y saqueadoras.

 

Fue así como los misterios grandiosos de los Mayas,

extendidos por las tierras enfrentadas a mil batallas,

asentadas majestuosamente en Chiapas y Guatemala,

sucumbieron tristemente frente a la espada desalmada.

 

Los imperios que formaron la grandeza en este suelo,

iluminados siempre por el fulgor del amplio cielo,

diluyeron implacables los cimientos que les sustentaba

y se entregaron a la mano que fuertemente les sujetaba.

 

El sol fue ofreciendo rayos nuevos y esplendorosos

la providencia se presentaba con manjares milagrosos

nuestra cultura estaba observando estrenados motivos

pues ya no todos en esta tierra eramos nativos.

 

Brotaron de pronto anhelos que brillaban en la jornada,

ofreciendo a las nuevas generaciones otra mirada,

nuevos horizontes que habrían de transitar

hacia la construcción de un nuevo pueblo en su altar.

 

Guatemala, tierra bendita y regalada con bello paraíso,

has venido de una estirpe que siempre te quiso,

te entregó su orgullo y honor y se historia,

porque siempre te soñó como una patria en la gloria.

 

Se han quedado aquellas tribus de valiente existencia,

en la historia que hoy nos recuerda esa bella presencia,

de una raza que ha sido un insustituible ejemplo,

de que una patria se puede convertir en sagrado templo.

 

Nunca olvides hermano maya guatemalteco,

que en tu corazón siempre escucharás el eco,

de tu descendencia innegable de la raza primera.

aunque por tus venas circule sangre extranjera.

 

Ha sido largo el transitar que se ha tenido que completar,

para que mi Guatemala sea lo que hoy me motiva a cantar,

yo soy indio porque india es la esencia que me dio la vida,

orgullo es mi estirpe, ni nombre, mi sangre y mi apellido.

 

No se puede en ningún momento nuestro origen negar,

pues descendemos de los mayas, raza brava y gran calidad,

por siempre amos de la tierra del maíz, la monja blanca y el quetzal,

tierra santa que bien merece mantenerse en su pedestal.