Tarde lluviosa, de granizadas crueles,
que envuelven a la rosa en capullos,
flor tímida cegada por rayos solares;
y nubes grises cubrían a los cocuyos…
Pues sentía no ser bella,
y las palabras sollozas le decían,
que las flores se reían de ella,
pues la niebla la engañaba,
y el cielo derramaba en su alma…gotas de veneno…
Flor de delicada aroma,
de sentir profundo y amor puro,
que la soledad te asecha,
en el desván encallado y oscuro…
La rosa; noble y orgullosa,
de terribles insomnios postergados,
sentimientos extasiados de ansiedad,
ansiedad encaminada hacia el amor…
Murmuraba en silencio la desventura
que el sol, al no salir le provocaba,
a la flor, en el corazón una ruptura,
motivo que en el alma suscitaba…
La alegría causada, se presentaba;
una lágrima de perla brotaba,
a través de sus ojos límpidos y su mejilla pálida
rayos solares la iluminaban…
Nunca el amor de la flor prisionera,
había sido tan real y fulminante,
sucumbía ante encantos de la primavera;
y cantos enervantes de jilguera,
que traspasan el ser del hombre valiente…
Pasada la tormenta el sol reflejaba,
esplendoroso los pétalos de la flor
pues salía del capullo como una verdadera joya,
que lucia sus encantos llenos de colores…
Al pasar de las horas,
nadie era tan hermoso y exuberante,
como la preciosa flor de terciopelo
más hacía vibrar las cuerdas del alma,
combinación maravillosa de la naturaleza y el arte…