Franklin Sandi

Y amaneciĆ³ tu luna en fuego

 

Como flores quemadas en un beso

las sombras de los astros

descendieron

a las sábanas del mar.

Tu luna onduló palomas blancas

y ella reconoció sus espacios

en el país de tu miel.

Ardieron a flor de piel los colores

en los colores de los peces

de color.

El tacto original

de tus colinas

fundió el fuego de dos mundos

y los senderos retornaron por el suelo 

reverberando el sabor

de la sal.

Tu rosa de agua encendida

olvidó antiguos rubores

desenvolvió de su cuello la albura

con inocencia de monja novicia

y se hizo

descanso vertical de los astros

y reposo de los heliotropos.