Me pongo melancólica como lo hacen las nubes,
Y me manifiesto en lágrimas como lo hace la lluvia.
Me vuelvo húmeda y me evaporo en la nada, en donde me encuentro.
Me voy al recuerdo olvidándome del tiempo, del presente que solo es algún pequeño cubo donde no entro en dos, en mí y en mi otro abstracto yo.
Me voy al ayer, al tú, contigo, con el recuerdo.
Y a veces también me voy a la imaginación que hace el deseo, que creo.
Y deseo caminar, un rato, por algún lugar que desaparece tu presencia, con algunos pasos que no mides, caminar colgada de ti, de tu mano, o enrollada en tu regazo, haciendo posible la nula coordinación, y ser uno solo.
Caminando tranquila, recorriendo con pasos momentáneos el tiempo, escucho tu melodiosa voz que me sonroja con tus palabras.
Concédeme este camino, concédeme una vida, en la que nos hemos vuelto a encontrar, donde volvemos, donde nuestras pieles se reconocen.
Concédeme un beso, no de labios. De amor.
Concédeme una despedida, o simplemente una última vida.
Quedemos de nuevo en el pasto de aquel verde lugar, de presencias que desapareces, y llamemos a la lluvia que citada está, mírame y mójame con tus labios mi boca, bésame.
Caminemos bajo la lluvia, caminemos.
No me dejes sola, no me dejes caminar sola, no dejes que esta lluvia me queme así con tu recuerdo.
Mírame.
Sammantha