RICARDO ALVAREZ

ESPLENDOR y RENACER - de ASPAS de la VIDA

 

Esplendor de la voz vigorosa,

del día amaneciendo sus pupilas.

Comprimida la savia espesa del amarillo.

En preñares de abrazos  y terca idolatría.

Es sí, mi obligación placentera.

Conquistar la verde mansedumbre de las hojas

que aliente de la tierra su risa

con el trigo de los cereales y el agua amalgamada de las harinas.

Que todo preserve su forma de copa y ambrosía

en postre final de frente y miel altiva.

Que el caos desordenado no apague

el fuego de los rituales derribado...

La hora de la cofradía y la bombilla del beso compartido...

La brisa en ventisca de una palabra en diálogo

y que no suelten en vano su follaje los verdes

ni perdure la tierra con la sangre dividida por los hombres.

¡ Que perduren nuestros himnos y sus honores,

tan limpios como los banquetes del hambre ¡

Y nuestros corazones tan abiertos,

como el aire de patrimonio y universo compartiendo sus pulmones.

Cruzando los ultramares de únicas saetas a los hostiles territorios dolientes,

lavando con los pasos los mundos continentes

hasta hallar una mano diminuta,

con el alma en la palma y la esencia pura y absoluta,

cosechando de a granos los silos y los costales de la esperanza

que aun el sol y la noche amiga sigan dando su enseñanza

rasgando los rostros diferentes sin elegir los colores

y de las lenguas idiomáticas

retumbar la voz de sus corazones.