Vey

Cuando calló el viento I

Colocó el tiempo dos almas deambulantes
en la misma avenida en que calló el viento.
El cruce de miradas encendió el fuego.
Se consumió el habla, brotaron deseos.
No hubo preguntas ni tampoco miedos.

 La noche se hizo larga tanto como quisieron.

Al despuntar del día se desvanecieron.

Entre los rayos del sol, volvieron a sus cuerpos.

Transeúntes recuerdan que sombras vieron,

disfrutando del mundo en un baile de ensueños.

 

© Veyra C. Jackman Ojeda. Todos los derechos reservados