Daniel Pirotto

Amiga, mujer y hermana

Camino perdido, triste

y solo en la noche helada.

Peleo a mano desnuda

contra lobos y fantasmas;

los lobos muerden mi carne

y los fantasmas mi alma.

 


Cuando exhausto me recuesto,

entre batalla y batalla,

tu música tibia siento

y tus caricias me calman,

como fresca agua de fuente

para mi boca cansada.

 


Difícil no confundir,

entre mirada y mirada,

entre caricia y caricia,

en cada noche pasada,

entre consejo y consuelo,

de nuestro amor la calaña.

 


Voluptuosa y sensual,

mujer, amiga, hermana;

es el eco de tus pasos,

como música lejana,

que confunde mis sentidos

y que seduce  mi alma.

 


No sé si nuestros caminos

convergen o se separan

pero juntos o a lo lejos

jamás podré olvidarla:

tu presencia generosa

de amiga, mujer y hermana