JOED MOSI

El perfume en tu cuello...

Viendo tus fotos, deteniendo la mirada en tu mirada,

Pasa la madrugada y cierro los ojos para que la imagen tenga vida y sienta…

En mis dedos tú cabello, tu olor llegue a mi olfato, tu caricia la sienta mi cara.

 

En el momento que del pensamiento gozo, el cansancio se adueña de mi cuerpo,

Mas mi mente de pensarte inicia a soñarte, haciendo lo animado con mas vida que el mundo,

Resaltando cada característica de lo que nos rodea. Entre lluvia de colores, mis ojos atónitos por creer que blanco y negro lo eran todo.

 

Amándote de frente, de repente el beso estalla y al abrir los ojos el mundo es distinto,

Lo conocido me parece totalmente nuevo.

Como católico saliendo de misa dominical, así vuelvo después de soñarte.

Sereno, en paz, feliz, ilusionado, mas enamorado.

 

Me es ridículo desear el futuro sin ti, como beso sin boca en 14 de febrero,

Sin motivo, como la luna llena sin espectador,

Sin sentido, como el que recuerda que no recuerda nada,

Sin fundamento, como el presente sin pasado.

 

Amarte es lo mejor que he hecho,

Escuchar que mi corazón te grita te amo,

Es lo mejor que he sentido y que mis sentidos han escuchado.

 

Como el primer “mamá”, que la madre escucha de su hijo,

Así de hermoso es escuchar que tus labios me dedican un te amo,

Esos labios que he acariciado con los míos, eso que hoy añoro tanto,

Como el preso del desierto añora el agua,

Como el cautivo tras las rejas, que sabe que podrán retener su materia,

Más no el amor que siente, que es libre e inimputable a las normas del hombre

Y por ser libre vuela como paloma hacia ti,

Buscando ponerle mejor matiz a todo lo que tus ojos acarician,

Para que me sientas contigo, para que me recuerdes.

 

A la distancia mi mente se ha instalado en ese lugar en el que solo cabes tu,

En donde como obra de da vinci descansa la foto que congelo tu yo y el mío unidos en un beso,

De las paredes cuelgan tus miradas, tus sonrisas, tus muecas y tus lunares como estrellas en el techo, esperando el momento que caigan sobre mí, y en la mesita de noche tus letras como el pétalo de rosa que en infancia deje en las hojas amarillas de un libro, hace que broten las sonrisas, los bellos recuerdos, los aromas que no se olvidan… El perfume en tu cuello.