alexei

SOMETIMIENTO II

Mientras descansamos de un duro batallar

se agolpan en mi mente los momentos al lado

de tu ser, cuando dejamos brotar con ímpetu

y  deleite nuestras ansias incontrolables

de fundirnos traviesamente, eróticamente

nuestros  cuerpos, frotar  rítmicamente las túnicas

dejarme darte ese relajante masaje, por tu piel

mientras mis labios te recorren en suavemente

de arriba hacia abajo, besando primero tímidamente

después subiendo la intensidad, mi lengua,

saboreando la sal derramada en gotas,

 por tu ansioso ser, trémulo y complaciente

ávido de sentir y dar lo más recóndito, dejando

al relieve tus ardientes  carnes, buscando,

encontrando, la tranquilidad con el paso del tiempo,

dejando al descubierto tu final de la columna,

aflorando, frunciendo, al delicado paso de mi aliento

mientras por delante una mano dirige sus dedos

a tus pechos, inflados, duros, extasiados de dejarse

complacer, con finas caricias en círculos,

en tranquilos roces, mientras las corolas se encojen,

pidiendo, soñando, mientras la mano mas inquita,

juguetona por nacimiento, con tranquilidad baja

hasta encontrar la humedad deseada, y sus hijos

se dedican al delicado goce, de acariciar, de entrar

de salir, con un melódico compas, a complacer

a chiquear los labios inferiores, friccionar la oquedad

recorrer ese pequeño guisante que te deja

extasiada de placer, gimiendo, suplicando

que acabe con el tormento, y me voltee

a consumar el acto supremo y nuestras

almas sean solo una, sometidos al placer.