ALVARO J. MARQUEZ

¡PATÁN!

"Fui bueno, pura bondad./ Y nunca para ti fui un santo./ Pero cuando te hice una maldad,/ jamás a un malvado lo quisiste tanto".

 

He sido yo ahora, lo admito,

Quien elevó hasta el infinito

Tu esperanza de ser querida.

Quien tanto el amor te hizo

Y nunca te pidió permiso

Para poder entrar en tu vida.

 

Fui yo quien se hizo el dueño

De tus ilusiones, de tu sueño,

Quien juró amarte a todo dar.

Que hasta la luna llegó a ofrecerte,

Que sólo se permitía quererte

Y se prohibía a sí mismo olvidar.

 

Fui quien te compuso melodías

Y las mezcló con las fantasías

Que te hacía inventar cada noche.

Quien se sembró en tu pensamiento

Y por su buen comportamiento

Nunca de ti mereció un reproche.

 

El que te escribió una historia feliz

Y aunque tú no eras ninguna actriz,

Te entregó siempre el mejor papel.

Al que le hablabas de un modo excitante,

Que sin ser siquiera un buen dibujante,

Dibujó muchísimos besos en tu piel.

 

Pero mira cómo vienen a ser las cosas,

He hablado de tantas virtudes hermosas

Y aquí estoy, sin merecer tu perdón.

Y tú que siempre me creíste tan serio,

Nunca pudiste descifrar el misterio

Que había oculto aquí en mi corazón.

 

El nombre grabado de otra persona,

Otra reina, dueña de la misma corona

Que tantas veces sonriente te ofrecí.

Es coqueta, muy sensual, es muy bella

Y hoy debo confesarte que le di a ella

Tantos besos que eran sólo para ti.

 

Que cuando no quería amarte en mi cama,

Es porque olía al perfume de aquella dama,

Aunque no te gusta que yo así la llame…

Cuando una mentira más yo te contaba,

Siempre sabía muy bien que me prestaba

Para un juego absolutamente infame.

 

¿Deseas que te diga que estoy arrepentido?

¿Que jure de rodillas que todo lo sucedido

Fueron cosas contrarias a mi voluntad?

Observa con cuánto rencor me miras…

Quieres que tape ahora con mentiras

Lo que siempre ha sido la verdad.

 

Bien te dije que el amor no era eterno,

Pero no me mandes hoy al infierno

Si es que ya no podemos reconciliarnos…

Porque yo allá te podría esperar

Y si vas a parar al mismo lugar

Es probable que volvamos a encontrarnos.

 

Que te pongas a llorar muy sensible

Y me digas que te parece increíble

Que hasta en el infierno debas aguantarme.

Pero ojo… no vayas a sufrir otro revés,

Porque si vuelves a amarme otra vez

Ya de eso no podrás culparme.