Alejandro José Diaz Valero

Zapatos al revés

Recuerdo que yo tenía

cinco años, tal vez, seis

y me colocaba todavía

mis zapatos al revés.

 

Me regañaban en casa al salir

y también en la escuela la maestra,

me era muy difícil para mí distinguir

cual era la forma correcta.

 

¿Es que acaso no te aprietan?

con frecuencia me preguntaban

y yo con sobrada indiferencia

casi nunca les contestaba.

 

¿Es que acaso no te aprietan?

insistían en preguntarme,

y eran tan grandes sus rabietas

que a veces lograban asustarme.

 

Ahora escribo estos versos

algunos años después;

ya me los pongo derechos,

ya no los uso al revés.

 

Hoy la historia de nuevo se repite

pues ahora a mi hijo Andrés

por mucho que le diga y le explique,

le fascinan sus zapatos al revés.

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