a. santas

cuatro de abril

hoy al fin la cabrona se quedo callada,

la glamourosa puta mentirosa y perfida,

mujer de diabluras sin cesar.

en el juicio hoy la jueza lasciva

pretendio que yo me levantara un rato,

y me negué.

no me encontraba bien, abuelto he sido, 

que se traguen sus palabras los soplones,

la policia toda, los cabrones,

los dos conserjes hijos de dos putas,

maricones,

y el mismo rey de los ladrones de la ure.

ahora el enemigo calle entero,

que se sientes las bases del futuro,

que defiendan los derechos de los hombres

las armas del guerrillero oculto,

aguila roja