Juntos en este templo de amor
avanzamos lentamente uno hacia el otro,
hasta casi sentir el fulgor
que se desprende de nuestros cuerpos.
Una entrega donde todo es belleza,
pieles que se mezclan sin temor
en un acto de pura nobleza
escuchando los latidos de clamor.
Tu lengua me provoca temblores de placer,
unas cosquillitas deliciosas recorren mi piel
me siento planear entre las estrellas del atardecer,
en círculos concéntricos cual abeja buscando miel.
Mi pasión aumenta con tu rigidez,
mis gemidos y gritos mudos amplian,
se rompen en la garganta busco tu desnudez
y me aferro más a tu cuerpo en fuego.
Mis labios liban con éxtasis tu piel sudorosa
saboreando cada gota con deleite,
embriagándome de su textura armoniosa
que se funde con mi ambiente.
En esta danza furiosa de vaivén continuo,
entrelazando nuestras intimidades
con caricias lascivas y oleadas en concierto,
despojandonos de nuestras ansiedades.
Nuestras almas se encuentran, se entragan
en unísono en melodías universales,
los astros se unen a nuestro baile estallan,
una explosión de llamas de las adrenales.
Tocamos la cumbre de la lujuria
mezclando nuestras savias perfumadas,
una larga y deleitosa concertina
en el campo de batalla sembrado de rosas.
Merche DemBar
3.4.11
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