marco augusto

Navegando en el mar de mi olvido

En  el  trono diligente de olvido

dejo mis penas  colgadas

en el atril de los convenios,

escurro mi piel de recuerdos

y bebo del  vino intangible de la indiferencia,

navego por mares de fantasías

mientras sanan las frescas  heridas,

en tanto  el tiempo desintegra  el amor

me convierto en piedra sin sentidos,

en evasión impetuosa

de delirios y juicios

invoco su nombre de perla

y hacen fiesta en mi mente

las evocaciones de  noches de amores

 y erotismos

que jamás quedan sepultados

por mas que intento

en el mar del olvido.