bonifacio

El caballo de Moya

Moya era un bandido no menor

Cuando raptó a mi novia Elena.


Ella con su larga y rubia melena

Era un objeto seductor para cualquier salvaje.

 

Y Moya lo era

Y de buen linaje.

 

Si no pregúntale a Menelao

Que andaba recién por estos lados.

 

Moya vivía en unos parajes

De difícil acceso.

 

Héctor su hermano preso

De un talento inconfundible

Hizo un camino inaccesible a su cueva

Hasta para un gato montés.

 

Al mes

(Tremenda prueba)

Yo seguía como loco buscando a Elenita

Por esos cerros de estalactita.

 

La pobrecita era capaz de ser engatusada por un selenita.

 

Es bonita

Pero tontita.

 

Moya la sedujo

 El era un brujo.

 

Y Elena una muñequita

Con su linda mirada de bobita.

 

Después de seis meses de búsqueda

Con unos perros zorreros

Un día me saqué el sombrero

Y me puse a pensar:

 Aquí les tengo que ganar

Así no puedo seguir

Moya es muy astuto.

 

Bruto al parecer no es

Y me devolví a mi rancho.

 

Volví cabizbajo y de luto

A mi humilde casita de a pie.

 

Al mirar a mi potro alazán

Y se me ocurrió una gran idea.

 

Dejaría mi hermoso corcel

Al alcance de este bandido.

 

El

Orgulloso y henchido con tamaño presente

Haría todo por capturarlo

Aún con Elenita preñada.

(Esto me lo contó mi cuñada)

(Que mientras tanto me acompañaba

Por mis dolores recientes)

 

Ella al ver el potro creería

Que yo al fin habría muerto

Y de allí a aceptar este entuerto

Poco y nada sucedería.

 

El día estaba magnífico con un sol esplendoroso

Cuando sentí el galope presuroso

De mi potro Machucado.

 

El volvería a mi lado si o si

Aunque lo hallara Jesús.

 

Tome mi viejo arcabuz

Y lo mandé guarda abajo de un solo tiro.

 

Moya cayó herido

 Y antes de morir me dijo

Que Elenita se encontraba en Grecia

Con mi hijo.

 

Pérfida y necia me dije yo

Te fuiste con el caballero.

 

¿Cómo se llamaba?

 

¿Homero?

(Me refiero al plomero)

 

O.

 

¿Tendré amnesia?