Sobre mares de ternura, conectados.
Conectados sobre nubes de algodón y terciopelo,
recorriendo de la mano las estrellas,
hiriendo las arenas de las playas,
reflejando miradas en los ojos.
Conectados en cómplices sonrisas,
sonrojar en tus mejillas de durazno,
oímos los grillos que nos cantan cuitas,
el aullido silente de la noche amordazada,
el violín de las brisas en los nogales
o los sones de un piano destellando cortinajes,
estremecidos, tan cercanos, conectados,
en el sediento amor que se desboca.
Conectados en los labios insolentes,
en la tibieza trémula de pieles,
con mariposas como manos que se posan
y retoman su vuelo nuevamente
vagando destinos de aventura,
quizás en tu vientre posen,
donde la luna trepida y desvanece.
Conectados en la cómplice penumbra,
de tu boca inagotable libo mieles,
de mi cuerpo moreno hueles bosques,
de nosotros, conectados, nacen voces
apenas audibles, susurros solamente,
y en el fragor de la lucha hecha gemidos
se unen las antorchas encendidas,
sin más mundo que éste, nuestro mundo,
apasionadamente conectados.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.