Tamara Lobizón

Te pido perdón por no escribir algo mejor

Te pido perdón por no escribir algo mejor

 

¿Cómo mantener el arte involuntario de respirar? Si me encuentro con las manos vacías y heladas, pese a la ausencia de la ternura placentera de acariciar. ¿Y si un violento desorden del destino me cega la mirada, en un segundo cruel sin aliento? ¿Cual pasa a ser la gracia de la hermosura?, si ésta maravillosa estructura sólida ya no es contemplada. ¿Cuan lejos pueden correr mis piernas? En la persecución absurda por las esquinas del mundo, tras un alma que se llevó el viento al otro lado del lecho del cielo, de ese azul oscuro. ¿Soñar los recuerdos? ¿Pensar en lo que nos faltaba? Con un nulo sentido al despertar o al volver a la realidad, y cerrar mis ojos con llanto feroz, con la garganta deshidratada, con el pecho escurrido, como si las manos de una madre lavaran la ropa en mi vientre. Dolor, rutina espantosa, terror, sin hambre, sin sed, desconsuelo eterno, ríos que se desbordan, huracanes que no dejan de soplar, tempestades.

Y ¿Cuánto vale decir te quiero, besar, sonreírle a la gente? Siendo que con tu piel adornada del fatal fuego del fin, quedan impregnadas eternamente mis palabras románticas, mis interminables voces melosas, mis huellas rojas de tantos besos, mis sonrisas nunca antes tan sinceras… A las que se las llevan tus ojos durmientes.

Y ahora, ¿lo ves? ¿Es suficiente decirte cómo latirá mi pulso de gastado y sordo? En la muerte en vida de mi día a día, de mis noches solas de tu ausencia sufrida, si un carnaval de ruidos siniestros, morbosos, malvados, me sorprende a una hora de la vida, mostrándome tu cuerpo carente de movimiento, mudo de silencio y risas, inmune al frío, seco de sudor, víctima del baile asesino que probaron en él, en vos. Si te alejas para no volver, amor, si me dejas…El único sentido que le queda a mi respiro es irme con tu vuelo.

 

Tamara