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Pido la felicidad de mi madre...

Este tan solo es un adelanto sobre un escrito en prosa de 10 páginas que pronto será publicado completamente, saludos.

 

Mi madre tan honesta como sencilla, tan diáfana como divina, tan audaz como inocente, tan elocuente como tímida, tan entendible como incomprendida, tan mortal como víctima, tan auténtica como enigmática, tan profesional como aficionada, tan tormentosa como calma, tan pasiva como acción, mujer de acción en nada pasiva, tan santa como señora, tan señora como santa, madre más allá de sus virtudes femeninas, pimpireta y engreída en los destellos más puros del corazón, madre mía.


    Que aún conservas esa cuota intacta de tu ilusión, esa que solo se otorga a los años más incrédulos de la vida en que todo esfuerzo por ser ideal es solapado por aquellos que se abofetean con su propia razón al mirarte. Madre mía que gran pecho habita tu corazón incitando a seguir, madre linda que pones tus manos plagadas de gestos en el fuego que al alfarje de tantos derritió.


    Madre que naciste en la cuna de los seres que quisiste, esos que te enseñaron a ser lo que eres.
    No te preocupes madre que no suba tu presión, si solo haces falta cuando quien te busca en un momento difícil nadie ayudó, que fácil es recibir con los brazos abiertos un soplo superficial y exterior, mientras tú doblas la espalda e ignoras dolores por habitar en tu mundo mejor, aquel al que han entrado tantos invitados por ti y con una daga punzante en tu pecho desnudo hincaron su horror, el propio horror del que se asquean a sí mismos podridos y sin voz.


    Que fácil se orquestan los malos actos, que fácil es destruir, que fácil les ha sido hacerte daño y que tan difícil les ha sido ver derrotada tu pasión y esa intuición tan tuya, que derrumba los balcones de los que cuelgan los sudarios que envuelven sus carcomidos poros; por los que desechan el respeto a sus propios ideales en un denso sudor, típicos herederos de un tormento feroz.


    Madre no te preocupes por aquellos que solo buscan hacer lo peor; pobres almas que se alquilan al mejor postor, pretenciosos mercaderes del pecado en la razón, esos que con sus actos hieren la memoria de aquellos viejos que nos enseñaron a lograr y no a mendigar, que nos enseñaron a inspirar respeto y no lástima, que fallaron en enseñarnos a ser familia, pobres que no supieron quitar la coletilla del interés y la vagancia. Fuiste criada con tu mélitos y tu judas.