I. Lo que dicen algunos escritores de la escritura


Escribir es un acto sencillo, casi imperceptible y sin embargo, un trabajo que puede cambiarte la vida, y con suerte, cambiarle la vida a otra persona. Escribir implica un sacrificio, como todo oficio, pero el esfuerzo se ve recompensado ante la posibilidad de viajar a muchos-otros mundos donde lo que nos obsesiona cobra forma-imagen. Sobre el oficio de la escritura han reflexionado muchísimos autores y autoras. Aquí, un pequeño rejunte de algunas de las cosas que me han llamado la atención, de lo que suelen decir los autores. Comienzo una serie de artículos en torno a lo que los escritores opinan del oficio literario.
 
 
 

Formas de vivir en el lenguaje

Para muchos escribir es una forma de vivir. Otros autores prefieren decir que la vida y la literatura son dos cosas distintas. Que no hay que confundirlas. Sea cual sea nuestra postura si escribimos, igual se nos vaya la vida en ello; igual la necesidad de vivir a través del lenguaje, es decir, de sentir vidas por este cuerpo, sea tan potente que nos lleve a no dejarlo.

La forma es para muchos escritores lo básico. Aquello que condiciona y mantiene en pie el aparato narrativo. Si hay un esfuerzo desmedido en el mensaje pero se olvida de escoger el lenguaje adecuado, probablemente no se llegue a buen puerto. Dice Wilde, por ejemplo, que lo único importante es si los libros están bien escritos o no. Queda entonces fuera toda idea de hacer del arte un espacio de moralización o conocimiento.

La inmensa Joyce Carol Oates no opina así. Aunque no desmiente del todo a Wilde, y dice que la técnica es importante, lo que permanece en la mente del lector es el contenido, por lo que es conveniente que como autores tengamos claro qué es lo que deseamos transmitir: aquellas imágenes por las que queramos que nuestros personajes sean recordados.

La constancia es otro de los puntos que aparece en toda lista de consejos de escritores. Sin embargo, la forma en la que cada uno la entiende puede diferir. Carlos Fuentes, lo cuenta Juan Cruz en «Primeras personas», se levantaba a las cuatro de la mañana y cuando el resto de la familia comenzaba su día, él ya se encontraba a media mañana, habiendo escrito, leído y corregido. Una constancia de soldado. Quizá también le habían llegado las palabras de Henry Miller:

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Sobre la inspiración y la productividad

Esta constancia deviene en productividad. Porque cuanto más escribimos, más se aligeran nuestros engranajes y mayor facilidad tenemos para asociar ideas y ponerlas sobre el papel. Pero esto no lo digo yo, lo dijo Walter Benjamin, quien aseguraba que con la disciplina tarde o temprano vienen las ideas y nos aconsejaba que lo mejor que podemos hacer mientras ellas llegan es escribir.

También en esa rutina es fundamental la reescritura. Releer nuestras páginas, revisarlas, corregirlas, tacharlas, es una buena forma de mantener en movimiento el órgano más preciado que tenemos los escritores. Se lo leí a Joan Didion. La autora de «Noches azules» dice que todos los días reescribe lo que ya tiene y ese ejercicio de reescritura le sirve para marcar el ritmo de su libro.

A lo mejor no se trata tanto de que llegue la inspiración sino de que aprendamos a conducir el hilo de nuestros pensamientos; de que finalmente consigamos abrirnos camino a través de las millonésimas de chispazos que tienen lugar en nuestro cerebro cuando pensamos y que sepamos volcar eso en el lenguaje escrito. Porque como todo deporte de riesgo, la escritura exige entrenamiento.

En ocasiones el entrenamiento exige también trucos. Como ese que nos dejaba Hemingway. Decía que la mejor manera de que volver a la escritura nos resulte sencillo es dejando en un momento en que lo tenemos claro. Si interrumpimos la escritura cuando sabemos exactamente cómo seguir, qué es lo que va a ocurrir a continuación, entonces al día siguiente volveremos a la hoja con mucha ilusión, con una claridad que en ocasiones se nos vuelve imposible. Ahora bien, ¿quién se anima a seguir este consejo frente al terror que da la consistencia volátil de las ideas que en modo inspiración nos resultan geniales?

Pero quizá uno de los mejores consejos que podemos seguir es el de escribir aquello que deseamos leer. Fue Toni Morrisson quien lo dijo:

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Esta historia continuará…

Comentarios1

  • Hermes Antonio Varillas Labrador

    Valiosísimo artículo para analizar, reflexionar y por supuesto, comentar...
    “Escribir es una delicada forma amar”
    https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-447603



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