Laura Yasan

Poemas de Laura Yasan

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Laura Yasan:

La otra mitad

de esta edad no se vuelve

ya no somos artistas promisorias 

no es hora de ofrecer

  

            si el botín es fracaso

            de esta edad no se vuelve

            no hay paga por promesas

  

algunas

rellenan su matriz para salvarse

criando larvas

se eximen de pensar

  

            con cada menstruación perdemos un bebé

            me dijo gaby

            yo miré a nuestros hijos morir en el bidet

            y acogí los recursos de la histeria

  

de esta edad no se vuelve

algunas

cavan penosamente en esa tierra

  

            y no alcanza ser fértil todavía

            y no alcanza ser joven

            no es entregarse al hábito del tiempo

  

hay que poner un pie del otro lado

  

  

Escrito bajo el agua

desciendo de un secreto

trazado bajo el agua por la quilla de un barco

un siglo de silencios me niega cada vez

me devuelve a una isla en donde soy la única habitante

privada del reflejo

caigo a una cifra indivisible

cadena trunca

  

¿qué cantaban los hombres en rumania?

¿de qué reían descalzos en la nieve?

¿tejían las mujeres su destierro?

¿ ladronas eran?

¿prostitutas?

¿piezas de cambio en el mercado negro?

  

busco en otra mirada el mapa de la sangre

en el dibujo de mis venas

falso sudario

  

es tan lejos de casa el beso que encendió mi corazón

En los bellos días de noviembre

dónde estabas cuando abrí la puerta

y un hombre me alargó sus dedos sudorosos

y me lamió con su mirada negra

y jadeó sobre mi palabras sucias

  

dónde estabas

dónde cuando me fui con él

cuando vestí de puta sólo para ofenderte

cuando sangre y hedí

cuando pedí perdón y caían mis lágrimas

sobre la punta de tus zapatos

  

dónde

dónde que era siempre tan lejos

tan fría

tan inmediatamente tarde

dónde que te llamé hasta quedar sorda

hasta romperme los dientes

hasta rajarme la vagina 

  

dónde que en los bellos días de noviembre te llamé

en las lluvias de julio te llamé

te dejé papelitos debajo de la almohada

fotos despedazadas con los puños

secretos como gritos

  

dónde

que iba y volvía con tu nombre colgando de los ojos

y los ojos se me hicieron cadenas

y las cadenas se volvieron barcos

y los barcos se hundieron como ojos

en las profundidades de una noche tremenda

  

Perdida

busco a la otra
solía aniquilarla un fuego helado
en los días lluviosos
escribía esos versos cargados de crueldad
giraba en esa fiebre hasta vaciarse
postergada o ajena
destilaba un color elemental

maldita
a esa la busco

dormir sobre su ausencia
es vivir en el centro de una página en blanco

soy la extranjera
que le cedí mi cuerpo para esconder sus bestias
del sol que las mataba
que soñó pesadillas en mi estómago
que desgarró mi sexo
para nacer los niños que después se comía

muda heredera
soy ahora la cáscara que muerde su silencio
esclava sin tirano
vagando en un castillo perdido en un país
que sólo existe cuando ella lo nombra

En el borde de las tazas

una mujer

se mueve en el denso fluir de sus instintos

sabe quebrar

la cáscara de una intención

una mujer

abarca por fragmentos la totalidad

y nunca es la misma

  

un hombre

sube al misterio en una extrema progresión

descubre el sentimiento

acorralado en un límite

el resto

lo filtra en el pensar

  

una mujer

es a la vez su historia

y lo que aún no ha conocido

sabe ordenar lo que no ve

  

un hombre

arriba al corazón del mundo

en cada vértice de su conocimiento

se instala en lo que ve

y se proyecta

  

una mujer es todas las mujeres

pero es única

un hombre es todos los hombres

pero es único

  

un hombre y una mujer

nunca se conocen

saben suponer

saben crear sobre el malentendido

son cada uno

mitad secreto

mitad vacío

  

un hombre y una mujer

a lo largo de cientos de actos cotidianos

cruzan información

dejan la vida escrita

en el borde de las tazas

  

cada día se escribe

cada día se lava

Probablemente José Alberto (I)

yo nunca tuve un perro llamado boby

por diversos motivos

en principio porque nunca tuve un perro

o de haberlo tenido

él se hubiera llamado

probablemente josé alberto

y después

con el correr del tiempo

pepe como es lógico

pero si nunca tuve un perro llamado boby

es de seguro porque un perro

no es otra cosa que un animal doméstico

y yo con lo doméstico estoy hasta las muelas

estoy que arrojaría desde un décimo piso

un aluvión de turnos al dentista

y polvos de lavar y cuentas a pagar

basura cacerolas ropa un perro

que se llame boby

si no fuera que vivo en planta baja