www.Poemas-del-Alma.com
Enrique Díez-Canedo
Oración en el jardÃn
Yo me quiero morir como se muere
todos los años el jardÃn, y luego
renacer de igual modo que renace
todos los años el jardÃn. Se han ido
los pájaros; volaron, pero no tenÃan alas.
No me quiero morir como las hojas,
ni quiero ser el árbol de perenne
verdor adusto, ni el arbusto dócil
cortado en seto, sino el árbol libre,
desnudo atleta que en el suelo ahÃnca
las fuertes plantas y en el aire tuerce
los recios brazos; no el verdor eterno
sino la fronda renovada, el fruto
cuando el año lo envÃe. Aquà me tienes,
Señor, desnudo como el árbol. Dame
tu bautismo de lluvias y tu crisma
de sol, y dame vestiduras nuevas,
inmaculadas. El jardÃn de invierno
callado está: mi corazón callado.
Habla tú; luego, vÃsteme de hojas.
Algo de tus palabras, al moverse,
repetirán, como inspiradas lenguas.