www.Poemas-del-Alma.com
Rubén Darío
Venus
En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufrÃa.
En busca de quietud bajé al fresco y callado jardÃn.
En el obscuro cielo Venus bella temblando lucÃa,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmÃn.
A mi alma enamorada, una reina oriental parecÃa,
que esperaba a su amante bajo el techo de su camarÃn,
o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorrÃa,
triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquÃn.
«¡Oh, reina rubia! ?dÃjele?, mi alma quiere dejar su crisálida
y volar hacia ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,
y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar».
El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida.
Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar.