El pan de cada día, ahora con poesía

En Galicia, por una iniciativa del director general de Creación y Difusión Cultural de Galicia, Luis Bará, 627 despachos de pan colocarán el pan vendido en bolsas con poemas de autores gallegos escritos en las mismas. Los autores serán Rosalía de Castro, Ana Romaní, Celso Emilio Ferreiro, Antón Avilés, Ramón Cabanillas, Otero Pedrayo y Uxío Novoneyra.

El proyecto, llamado “Pan con poesía”, ha sido organizado por la Consellería de Cultura en colaboración con la Federación Gallega de Panaderías. Se espera que se repartan 150.000 bolsas y con esto difundir la poesía gallega. El departamento de la Xunta explica justamente esto, diciendo “pocas cosas hay de uso tan extendido y con tanta frecuencia como el consumo de pan”.

Nos hemos decidido por poner aquí, en el final de la nota, varios poemas, no de autores gallegos, sino… al pan.

PAN DE ?NGELES

Comida celestial, pan cuyo gusto
es tan dulce, sabroso y tan suave,
que al bueno, humilde, santo, recto y justo,
a manjar celestial, como es, le sabe;
Justa condenación del hombre injusto
si come el pan de Dios se encierra y cabe;
el sumo Dios que en sí se da y oculta
diga el bien que de tanto bien resulta.
Pan de ángeles, Dios tan verdadero,
que, aunque se quiebra, se divide y parte,
está un inmenso Dios, trino y entero,
en cualquiera migaja y menor parte;
Agnus Dei, sincerísimo Cordero
que en pan al pecador gustas de darte;
pues eres todo Dios, el que es bastante,
de su deidad en sí cifrada cante.
Eres, pues, Dios, de tu deidad tan digno
que no hay justo ni santo entre los santos
que no se juzgue y tenga por indigno
de bocado que da regalos tantos;
eres Pan para el bueno, tan benigno
que de tribulaciones y de llantos
le produces y das gloriosos bienes,
y para con el malo los detienes.
Eres, pan celestial, lo figurado
de aquel maná sabroso del desierto;
Tú lo vivo y aquello lo pintado,
aquello la figura y tú lo cierto;
eres, pan, tan glorioso y endiosado
que a decir tus grandezas yo no acierto:
las angélicas lenguas lo prosigan,
que faltas quedarán aunque más digan.

Fray Luis de León

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El pan nuestro

Se bebe el desayuno… Húmeda tierra
de cementerio huele a sangre amada.
Ciudad de invierno… La mordaz cruzada
de una carreta que arrastrar parece
una emoción de ayuno encadenada!

Se quisiera tocar todas las puertas,
y preguntar por no sé quién; y luego
ver a los pobres, y, llorando quedos,
dar pedacitos de pan fresco a todos.
Y saquear a los ricos sus viñedos
con las dos manos santas
que a un golpe de luz
volaron desclavadas de la Cruz!

Pestaña matinal, no os levantéis!
¡El pan nuestro de cada día dánoslo,
Señor…!

Todos mis huesos son ajenos;
yo talvez los robé!
Yo vine a darme lo que acaso estuvo
asignado para otro;
y pienso que, si no hubiera nacido,
otro pobre tomara este café!
Yo soy un mal ladrón… A dónde iré!

Y en esta hora fría, en que la tierra
trasciende a polvo humano y es tan triste,
quisiera yo tocar todas las puertas,
y suplicar a no sé quién, perdón,
y hacerle pedacitos de pan fresco
aquí, en el horno de mi corazón…!

César Vallejo

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Pan

A Teresa y Enrique Díez-Canedo

Dejaron un pan en la mesa,
mitad quemado, mitad blanco,
pellizcado encima y abierto
en unos migajones de ampo.

Me parece nuevo o como no visto,
y otra cosa que él no me ha alimentado,
pero volteando su miga, sonámbula,
tacto y olor se me olvidaron.

Huele a mi madre cuando dio su leche,
huele a tres valles por donde he pasado:
a Aconcagua, a Pátzcuaro, a Elqui,
y a mis entrañas cuando yo canto.

Otros olores no hay en la estancia
y por eso él así me ha llamado;
y no hay nadie tampoco en la casa
sino este pan abierto en un plato,
que con su cuerpo me reconoce
y con el mío yo reconozco.

Se ha comido en todos los climas
el mismo pan en cien hermanos:
pan de Coquimbo, pan de Oaxaca,
pan de Santa Ana y de Santiago.

En mis infancias yo le sabía
forma de sol, de pez o de halo,
y sabía mi mano su miga
y el calor de pichón emplumado…

Después le olvidé, hasta este día
en que los dos nos encontramos,
yo con mi cuerpo de Sara vieja
y él con el suyo de cinco años.

Amigos muertos con que comíalo
en otros valles, sientan el vaho
de un pan en septiembre molido
y en agosto en Castilla segado.

Es otro y es el que comimos
en tierras donde se acostaron.
Abro la miga y les doy su calor;
lo volteo y les pongo su hálito.

La mano tengo de él rebosada
y la mirada puesta en mi mano;
entrego un llanto arrepentido
por el olvido de tantos años,
y la cara se me envejece
o me renace en este hallazgo.

Como se halla vacía la casa,
estemos juntos los reencontrados,
sobre esta mesa sin carne y fruta,
los dos en este silencio humano,
hasta que seamos otra vez uno
y nuestro día haya acabado…

Gabriela Mistral

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El pan

A Salvador Jiménez

(Puesto sobre la mesa el pan premia y bendice.)

Poned el pan sobre la mesa,
contened el aliento y quedaos mirándolo.
Para tocar el pan hay que apurar
nuestro poco de amor y de esperanza.

Mirad que el pan, entre el mantel,
más blanco que el mantel de hilo blanquísimo,
tiene, como señales de su hornada,
el último calor que no da el sol al trigo.

Mientras que nos invita,
mientras que da su premio conmoviendo
de dichosos temblores nuestras manos,
podemos merecer el pan de hoy.

Poned el pan sobre la mesa,
al lado de los vasos de agua sensitiva,
por donde el sol se posa mansamente
cribando luminosos los pequeños insectos
que encuentra en esa anchura que la da la ventana.

Ved que el pan es muy amigo de los niños y de los pájaros,
con sus blancas miguitas que se esparcen pequeñas,
en donde se atarean los pobres gorriones
y las palomas zurean y aletean
en la tranquilidad de las plazas y de las fuentes,
las mañanas limpias y soleadas,
cuando están los relojes diligentes, atentos,
porque las campanadas suenan muy dulcemente.

Ved que el pan es rugoso y recogido
y tiene los colores más humildes,
y puede compararse a todas las virtudes
y hasta a los cabellos blancos y piadosos de un anciano.

Poned el pan sobre la mesa,
junto al vaso de agua…
en esos momentos los que amamos pueden llegar,
pueden llegar empujando las puertas y quedarse maravillados,
porque el pan es el mejor recibimiento
cuando los que queremos llegan a nuestra casa.

Para pensar en la mujer que amamos,
estando a solas reencendiendo su recuerdo,
el pan purifica el sobresalto y el remordimiento,
y podemos pensar en nuestros hijos
y elegirles los mejores, los más bellos juguetes,
y el pedazo de pan con la sonrisa torpe
del padre que quiere besar y abrazar mucho a su hijo
y no sabe de qué modo tocarlo.

Ay, también, los mendigos
con las manos extendidas a nuestra caridad,
que es lo mejor de ellos y de nosotros.
Mujeres
que tienen muchos pobres hijos pobres,
que los ojos les brillan mucho y los pómulos les escuecen,
que los cabellos se les enredan de bajar y subir hijos
del suelo.
Y porque los criminales y los renegados
aman el pan y a sus madres,
y porque los suicidas nunca cruzan los trigos,
y porque casi nadie lo mira sin llorar
a la hora de tener que confesar las culpas.

Poned el pan sobre la mesa,
junto al vaso de agua;
ponedlo con solemne esmero sobre la mesa
por ese sitio donde el sol dora el mantel, hilo a hilo,
y decid a los vuestros que se sienten
a rezar el Padrenuestro
de la comida en paz.

Eladio Cabañero

Comentarios6

  • karin diaz cerna

    ES VERDAD LO QUE SE DICE EN ESTOS POEMAS MUCHIOSIMAS GRACIAS POR ENVIARMELO

  • Ronald Carizales Luicho

    Hay en muchos hogares donde el pan no existe
    mas bien hasta una pequeña migaja
    es bien venido,
    mientras en las mesas de otros
    el pan en el desperdicio.....
    ¡ojala que es Pan viniera a mi!
    Bendito seria el pan de ese dia


    ......

  • Carmen

    Q bellos textos referidos al tan necesario Pan, y q' buena idea el q se difundan en las bolsas , para q les hagan recordar a los desmemoriados cuánto vale tener
    el Pan en la mesa diaria, a veces se contempla como los
    q lo elaboran , lo hacen por puro comercio, no tienen
    más ganas q cerrar las puertas de su comercio y contar
    q les dio de ganancia...Ojala aca en Argentina , llegue
    esa disposición , asi toman conciencia de lo q están
    elaborando...Los saludo Atte. Carmen Ortiz Fernandez.

  • marcia hernandez vega

    se me hace algo tan importante y bueno el hacer del pan un medio para dar alimento tambien al alma.¡¡felicidades¡¡

  • carlos curtihuanca c.

    Este pan vendito, no deveria de faltar a nadie,pocos lo saborean, pero pocos sòlo los miran en las vitrinas, dejando una nostàlgia de que algùn dìa me llegarà a mì.

  • milagros

    EL PAN FRUTO DE NUESTRA LABOR.LA VIDA ES COMO UNA BARRA DE PAN CUANDO NOS QUEDA EL CURRUSQUITO EN TONCES,SABOREAMOS EL PAN Y LA VIDA.QUE A NADIE FELTE EL PAN Y EL AMOR



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