Hombre lobo

Eikasia

Su corazón desesperado ansiaba venganza. Un lobo herido, no es como cualquier animal...Seguirá persiguiendo y persiguiendo a su presa durante días aun sin alimentarse.
Cuando la encontró [a su presa y cazador] no lo podía entender
Cuando entendió que no entendería, no lo podía admitir.
La ciudad entera le pertenecía, ¡el puto mundo le pertenecía!. Nada podía salirse de sus manos, nada se movía si él no lo permitía, nada paraba si el no lo dictaminaba, todo estaba en órbita y el siempre tuvo el control, pero ahora...¿quien esta detrás de todo esto, quien esta detrás del intento de asesinato, quien está tan cerca que no puede verse a simple vista?.
Ya casi había olvidado el impulso inicial, todo se había transformado, cacería tras cacería el lobo se alimentaba por placer, ya no mas por el deseo de justicia.
Su alma se había transformado, un nuevo tinte estaba incluido.
Cuando lo alzo en el aire estaba decidido a terminar con su vida, con la vida de la nueva presa...pero la de sus crías? También, y eso era lo que mas lo excitaba.
Tres jóvenes mercenarias habían llegado a la ciudad para ser una extensión mas de los deseos del Rey Lobo. Esto no fue así.
La violencia inherente en la desesperada loba menor clavo el primer puñal, ni ella misma lo entendía. Podía entenderse como traición, podía entenderse como algo imperdonable, o hasta como un simple impulso que la arranco de la cordura que tapa siempre quien somos en realidad..pero lo que desencadeno era otra cosa, algo que hasta el mismísimo John no pudo presentir.
El rugido se hizo alarido y el alarido se hizo descontrol. Con la mano vuelta garra salvaje que le quedaba (con la que no sostenía al afroamericano) se arranco las balas del estómago, se arranco la piel, se arranco las tripas, se arranco el estómago entero. Ojos rojos furiosos, la luna abrillantaba el pelaje blanco y negro en todo su lado derecho, sus colmillos, sus intensiones. Solo faltaban milésimas para que el crino salte hacia la mercenaria...milésimas. Cuando de la nada, una de las jóvenes salto hacia él.
Cualquiera hubiese pensado que con un cuchillo arrancaría toda la sangre del cuello del monstruoso ser que se había apoderado del patrón, pero no, ella solo lo abrazo, como pudo, por reacción inherente a sus deseos (o tal vez no). Diminutos y delgados brazos aprisionaban a una bestia gigantesca que podía partir el aire en dos, el mundo en dos si quisiera. Nadie lo podía entender el lobo vulnerable como cachorro, se resigna cansado de luchar en el suelo...Su mente se había calmado, su corazón, su pecho, él, estaba mas cerca de quien era, que de la bestia.

  • Autor: Eikasia (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 21 de febrero de 2017 a las 03:59
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 17
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