Accidentes

Caramelo de Ricina

Abrí la puerta y te encontré parada, con un ramo de accidentes entre las manos. Pasaste. Colgaste tu soledad aturdida en el perchero y te pusiste mi espera que era de tu talla. Tus botas, embarradas de poesía, mancharon la alfombra, las baldosas y mi pecho. 

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