Te amo

Amor:

Hoy tengo la necesidad enorme de decirte que te amo.

Te amo como si jamás lo hubiera hecho y no temo decirlo porque confió en tu madurez para asimilar lo que representa, viniendo de alguien que nunca esperó siquiera conocerte.

Te amo en el más armonioso silencio, pero en el mayor torbellino de emociones y sentimientos. 

Te amo con los años que se me han formado y con las canas que me han aparecido, no sé si con la experiencia que tengo o con la inocencia que aún conservo, no sé si con mis ímpetus o mis caprichos, solo sé que te amo.

Te amo en complemento de lo que yo mismo me amo, y has resultado un complemento perfecto, cada que tengo la fortuna de coincidir contigo lo confirmo, tu natural esencia, tu cuerpo tibio y tus labios húmedos me lo escriben en las alas de mi alma.

Te amo desde hace miles de noches, desde hace tantas lunas, desde que nacimos y empecé a buscarte, desde que acudimos puntuales a esa cita donde los únicos cómplices fueron Dios y el destino, desde que  derramaste la miel de tu mirar sobre mis ojos hundidos.

Te amo a destiempo, a toda hora, a toda noche y a todo  día, si te veo, si no te veo, estoy siendo presa de este sentimiento que me ha nacido solo para entregártelo. Para ponerlo a tus pies quizás como ofrenda a la mujer que eres y por tanto amor que te hizo falta.

Te amo, con la dulzura de mis sueños y la fantasía de mi imaginación, quizás te ame con la hostilidad de mis explosiones y con la firmeza de mis decisiones, pero te amo, a mi manera y a mi medida, como quizás no soñé jamás amar.

Te amo en todas tus formas y facetas, de mariposa dejando de ser oruga, de niña siendo mamá, de mujer cargando complejos a mujer liberando cadenas, de botón de rosa, a flor en plenitud, de muñeca de porcelana a la más intensa amante, de tus hielos a tus fuegos.

Te amo en lo profundo de mis secretos, en lo más hondo de mis pasiones y mis locuras. Allá donde ni te comparto, ni existes, ni apareces, a donde no te llevo ni te presumo, ni te enseño…

Te amo con los celos propios de no tenerte, de compartirte con el viento, con la lluvia, con el sol y el frio, con tanta gente que puede verte cada día y yo en cambio solo te imagino.

Te amo aunque no te quede claro cuánto. Desde marzo hasta noviembre, desde la distancia de escorpión hasta piscis.

Te amo entre el miedo de un adiós y un para siempre, entre sábanas, entre rosas, entre niebla y primavera, entre manos y miradas entre hola y hasta pronto, en la magia de un beso y el calor de un abrazo, en el vacío de no tenerte y en la idea de ir a verte.