la sudestada desprolija e impropia
cruza torpe el paso cebra
como una marejada quién sabe
cuándo fue que el nombre griego resonó
en el resuello tosco de algún ancestro
como una marejada del paisanaje
se ahoga la grava de mi piel al
abrir la puerta la sudestada desde
un paso cebra y el eco abatido
de un nombre griego distanciado
entre el estacionario bulto el
murmullo atrapa y diseca la sal
el puñal aislado en el pulso del
oleaje el brillo la perspicacia de
tu nombre griego tu sudestada
en mi puerta.
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Autor:
Viaf (
Offline) - Publicado: 5 de agosto de 2016 a las 20:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuario favorito de este poema: Edmundo Rodriguez.
Offline)
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