La travesía del Viajero del Alba, de C. S. Lewis

Los adultos que deseen inculcarle a los más pequeños de su familia el saludable y enriquecedor hábito de la lectura deberían apostar por colecciones como «Las crónicas de Narnia», una serie que nació en el ámbito literario por voluntad de C.S. Lewis y se volvió irresistible desde la gran pantalla.

La travesía del Viajero del AlbaSi la idea es sorprenderlos con aventuras fantásticas que los entusiasmen y provoquen en ellos la inquietud por descubrir nuevas entregas de la saga, las vivencias de los hermanos Pevensie pueden resultar recomendables.

Para apreciar por completo la riqueza de la historia y saber cómo llegaron los jóvenes a Narnia, es aconsejable respetar el orden cronológico de publicación. De este modo, la lectura deberá iniciarse con «El león, la bruja y el armario», continuar con «El príncipe Caspian» e intensificarse con títulos como «La travesía del Viajero del Alba».

Este tercer volumen, que apareció en 1952 y a partir de entonces no dejó de popularizarse en múltiples lenguas, invita al lector a ser testigo de un viaje sorprendente motivado por la necesidad de localizar a los siete caballeros que han sido expulsados del reino por Miraz en el cual se cruzan mares que no aparecen en los mapas, surgen peligros y maravillas de todo tipo, se cumplen diversas profecías y se arriba al auténtico fin del mundo.

«La travesía del Viajero del Alba» está segmentada en 16 capítulos que, sin duda, le aportan nuevos ingredientes a esta colección que ya ha logrado acumular fanáticos en distintos rincones del mundo.

De querer saber quiénes y cómo es el clan Pevensie y asombrarse con las particularidades del territorio narniano, sólo hay que saber los títulos de cada uno de los libros que compone la saga y reservarse algo de tiempo para dejarse atrapar por el mágico universo de «Las crónicas de Narnia».



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