Riquete el del copete, de Charles Perrault

Quizás no sea un cuento tan famoso como el de «Caperucita Roja», pero «Riquete el del copete» es un relato tan atractivo y aleccionador como aquel que tiene como protagonista a una niña desobediente que casi pierde la vida en el bosque por no seguir los consejos de su madre.

Riquete el del copeteAunque las tramas de estas propuestas son distintas, ambas se caracterizan por haber tenido, en algún momento de la historia, al mismo narrador: Charles Perrault.

Como sabrán, a este escritor francés se lo recuerda por sus grandes contribuciones hacia la literatura infantil. Entre esos cuentos de tradición oral a los que él decidió darles forma literaria se encuentra el mencionado «Riquete el del copete», un cuento con moraleja donde se hace referencia al amor y al valor de la belleza.

El protagonista de esta historia que muchas madres, si lo desean, pueden contarle a sus pequeños hijos antes de ir a dormir es un joven al que la naturaleza no dotó de atractivos físicos. Sin embargo, gracias al accionar de un hada, este muchacho que a simple vista parecía horrible tenía una gran inteligencia y el poder de traspasarle esta virtud a quien él más quisiera.

En un reino vecino, asimismo, había dos hermanas que parecían tener, por separado, las mismas características que Riquete. Una era increíblemente hermosa pero poco talentosa, mientras que la otra asombraba por sus capacidades intelectuales pero carecía de belleza corporal.

Para sorpresa de la muchacha más bonita, cuando Riquete se cruzó en su camino ya no hubo en su interior rastros de tontera, sino una brillante inteligencia que transformó su vida para siempre. Así como el protagonista del cuento la volvió inteligente, la bella princesa logró que Riquete se convirtiera en el príncipe más hermoso y atractivo del mundo.

Como muchos clásicos de la literatura infantil, «Riquete el del copete» es un relato que entretiene, promueve reflexiones y deja en quien lo conoce diversos conceptos aleccionadores.

Comentarios1

  • ailed

    Me hubiera guatado mucho que mi mamá me leyera esos cuentos



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