Resumen de Pompeya

Hace unos años, el escritor británico Robert Harris, un respetado hombre de letras que supo desarrollar tareas periodísticas en la BBC y triunfar como autor de libros, centró su atención en la erupción del volcán Vesubio y, con ese episodio como inspiración, elaboró la historia que se conoció bajo el nombre de «Pompeya».

Con el propósito de narrar la tensión previa al terrible estallido del volcán, el creador de esta obra situó la trama en el año 79 a.C. y reconstruyó, de forma literaria, las características y el clima de Pompeya antes de que la ciudad se convirtiera en centro de una catástrofe.

Hasta ese entonces, el ambiente era caluroso y la región era el destino favorito de los ricos que buscaban un poco de paz en sus lujosas villas y los ciudadanos que querían invertir dinero en opciones vinculadas al descanso y al ocio. Mientras muchos hombres y mujeres disfrutaban, en la bahía de Nápoles había un profesional, el ingeniero Marco Atilio Primo, que parecía preocupado.

El experto, por esa época, se había hecho cargo del inmenso acueducto Aqua Augusta (un canal construido con el fin de suministrarle agua potable a los pobladores de la zona) y debía enfrentar la realidad de que, por primera vez en varias décadas, los manantiales evidenciaban una significativa sequía.

Sin el respaldo ni la orientación del encargado anterior, Primo se ve obligado a descubrir y a solucionar esta falla desarrollada en algún punto de los noventa kilómetros de la conducción principal. Convencido de su capacidad para remediar este inconveniente, el ingeniero afirma ante Plinio, un famoso erudito que comandaba la flota imperial, que él se hará cargo de arreglar el asunto antes de que los depósitos de reserva se vacíen.

Sin embargo, el panorama es mucho más complejo de lo que él cree y, mientras se dirige hacia el Vesubio, descubre que hay fuerzas ocultas capaces de superar hasta al más fuerte de los imperios.