Los paraísos artificiales, de Charles Baudelaire

Tres años después de haber lanzado «Las flores del mal», el escritor y traductor francés Charles Baudelaire sorprendió con una propuesta que, en español, recibió el título de «Los paraísos artificiales».

Los paraísos artificialesAl leer este trabajo, hay quienes dicen que se percibe una fuerte influencia del periodista y escritor británico Thomas de Quincey, aunque para respaldar a esta apreciación o refutarla hay que analizar con profundidad ambas biografías y descubrir qué motivaba y qué propiedades reunía la escritura de cada uno.

«Los paraísos artificiales» se enmarca, por sus características, en el género del ensayo y está dividido en dos partes: «Un comedor de opio» y «El poema del hachís». Se trata, como resulta evidente, de un material enfocado hacia el universo de las drogas en el cual Baudelaire se ha permitido plasmar sus opiniones personales sobre los efectos del hachís (el cual exagera a la persona y destruye su voluntad, de acuerdo al autor) y del opio (sustancia que, desde su punto de vista, tiene poderes rejuvenecedores, contribuye a profundizar el arte e impulsa la creatividad).

Más allá de sus conclusiones, el intelectual nacido el 9 de abril de 1821 y fallecido el 31 de agosto de 1867 reconoce que el uso exagerado de este último narcótico provoca daños irreversibles y alteraciones mentales considerables en quien lo utiliza.

Si están interesados en descubrir cuál era la visión del afamado creador de «La Fanfarlo» sobre el consumo de drogas, no dejen de apostar por este ensayo que, pese a tener más de 150 años de antigüedad, aún cautiva y consigue generar reflexiones sobre su contenido.



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