Si después de haber leído libros como «La Reina del Sur», «La piel del tambor», «Un asunto de honor» o «La tabla de Flandes» desean conocer más obras elaboradas por el español Arturo Pérez-Reverte, dirijan su atención hacia «Un día de cólera», un libro inspirado en los acontecimientos que se desarrollaron el 2 de mayo de 1808 en Madrid.
Difícil es determinar quién es el protagonista de esta propuesta, así como tampoco es fácil señalar a qué género pertenece el relato. Si bien «Un día de cólera» está basado en un hecho real que dejó más de cuatroscientos muertos y marcó el inicio de la Guerra de la Independencia, el mencionado no es un texto histórico, carece de un personaje principal y no se puede describir como ficción.
Según se describe en la página oficial del autor, este libro tiene como fin, valiéndose «de las licencias mínimas que la palabra novela justifica», rescatar del olvido «a quienes durante doscientos años sólo han sido personajes anónimos en grabados y lienzos contemporáneos, o escueta relación de nombres en los documentos oficiales».
Por centrar su trama en el Levantamiento del 2 de mayo, «Un día de cólera» posee numerosos héroes, pero también presenta cobardes, víctimas y verdugos. Lejos de utilizar los recursos literarios para hacer de ese episodio histórico un argumento apasionante, Arturo Pérez-Reverte se limita a describir en esta ocasión diversas historias pequeñas y sombrías que habían quedado encerradas en algunos libros y archivos, así como también hace referencia a conceptos que, por alguna razón, se interpretaron y transmitieron de forma errónea.
Una de las ideas que el novelista intentó aclarar y explicar a través de este libro, señaló «El País» en una oportunidad, fue la que tenía la sociedad sobre quién promovió el levantamiento. «Crecimos pensanso que fue el pueblo guiado por el ejército el que salió a la calle y no fue así. El ejército estaba acuartelado y sin munición», sostuvo con firmeza el escritor y periodista nacido en Cartagena el 25 de noviembre de 1951.
Si Pérez-Reverte y los relatos de perfil histórico los seducen, no ignoren la existencia de «Un día de cólera».
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