Martin Rodriguez Trillo

¿Poema?

¿Vino el sodero? No, pero sí la luz: ciento cincuenta pesos; hay que llamar a alguien que dé vuelta el medidor, no se puede seguir pagando semejante barbaridad. Voy a preguntar en el trabajo; parece que el cuñado de uno es electricista, le voy a decir que le comente a ver cuánto nos cobra. Esto ya es demasiado: el del lado paga setenta y cinco, el otro setenta y, el colmo, la fiambrería de enfrente con todas las heladeras que tiene, ciento sesenta y acá viene ciento cincuenta, ¡pero están locos!, que se vayan a la mierda mirá. Hay que hacer el reclamo, creo que hay un cero ochocientos para reclamar. Igual no van a dar un tronco de pelota, pero no perdemos nada probando. Y sí, ¿por qué no? ¿Dónde está mi teléfono? Debe estar en el auto…

 

M.R.